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Fremdsprachen lernen im individuellen Einzeltraining oder in kleinen Lerngruppen
Fremdsprachen lernen im individuellen Einzeltraining oder in kleinen Lerngruppen
Hoy vamos a abordar un problema acuciante como es el de hablar una lengua extranjera. Es el objetivo final de cualquiera que se atreva a aprender una lengua distinta a la suya, como el ruso. Parece que lo entiendes todo – y el vocabulario y la gramática rusa aprendida para que vuele de los dientes, pero cuando llega el momento de hablar, recuerdas frenéticamente algunas frases sencillas como “yo estudiante”, “prefiero leer” y otros retazos de temas que una vez aprendiste de memoria y creíste que te ayudarían en el momento adecuado a mantener la conversación. Seguro que rellenas las pausas con estas expresiones. Pero no empezarás a hablar. Y he aquí por qué.
El hecho de retener palabras extranjeras en la memoria no significa que pueda recuperarlas en el momento oportuno. Si acudimos a la psicología, nuestra memoria se divide en implícita y explícita, es decir, inconsciente y consciente. Es el segundo tipo de memoria que se utiliza en un examen, en un discurso, en una excursión… dondequiera que se necesite recordar un hecho concreto (significado). Te obligas a recordar. Si se recurre con frecuencia a las mismas “cajas” que almacenan información sobre cualquier cosa: tiempos verbales, horarios de autobuses, la fecha del solsticio de verano, nuestra mente consciente las transfiere a otra sección de la memoria: el inconsciente. El tiempo que se tarda en realizar esta acción puede denominarse barrera psicológica (lingüística). La memoria implícita -he aquí una sorpresa- no puede activarse sin cierto esfuerzo.
Entonces, ¿por qué, si es tan sencillo, seguimos sin hablar? El hecho es que en un tiempo se utilizaba la memoria mecánica a la hora de memorizar dichas expresiones. Lo principal era contestar al profesor y… olvidar, ¿no? Así que tu cerebro cumplió esa tarea como un leal soldado. ¿No te impresiona que aún recuerdes a tu profesor en la escuela diciendo: Eres un alumno. ¿Es usted un alumno? Sabes que alumno es alumno, tienes dos significados en tu célula de memoria a partir de ahora. Ahora piénsalo: no lo has hecho todo de forma mecánica. Memorizabas palabras y construías frases a partir de ellas. Recuerdas los que puedes explicarte porque tu asistente era tu memoria lógica.
Cuando se aprenden las palabras de forma mecánica, se retienen en la cabeza durante un tiempo y luego se caen como se caen los huevos de más de una cesta llena hasta los topes. Es más fácil activar la célula “bilingüe” de una vez, presentando no una palabra sino una imagen. Y en el caso de una frase, una acción. Tienes que estar de acuerdo, cuando realmente necesitas conseguir algo de la gente o transmitir tu pensamiento, pones las palabras exactamente como las necesitas imaginando la acción final. A veces también se busca en el diccionario, y la palabra que se “consigue” de esta manera se queda en la memoria durante mucho tiempo. Y tiene muchas más posibilidades de entrar en el inconsciente.
Resumiendo: la barrera del lenguaje es un miedo que te persigue todo el tiempo que utilizas cualquier otro tipo de memoria excepto la inconsciente. Entonces, ¿cómo hacer que funcione?
1. Deja de tener miedo. Mientras tengas miedo, la “puerta” de tu memoria estará cerrada.
2. Utiliza todos los medios disponibles para aprender ruso. Di las frases en voz alta, saboreándolas. Nuestra psique está diseñada para no percibir lo familiar como hostil. Esto significa que el punto 1 funciona.
Si quiere ver cómo funcionan estos consejos en el mundo real, inscríbase en nuestros cursos de ruso.